



Molly, la pequeñaja de las fotos superiores, es la reina indiscutible de la casa, todo poderío y carácter. Una mimada de cojones, vamos. Todo lo que tiene de enana lo tiene de mala leche (que es más o menos el mismo piropo que me suelen dedicar a mí amigos y familiares). Lista como ella sola, me recuerda mucho a Marylin porque se hace la tonta con un estilo que da miedo. Parece un pastelito de nata, pero llévale la contraria, anda, si tienes huevos...
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Y Norte, que así se llama el moreno guapetón de la foto de arriba, es el tío listo listísimo que ha provocado este artículo porque cuando leo los escritos del perro de Ángel no puedo evitar echarle una mirada a la vez que pienso "tú no escribes ni hablas, pero no te quedas atrás, ¿eh?"
Qué jodío, lo que sabe, y la guerra que me da. Siempre intenta montarme, lo que demuestra que tiene muy buen gusto, pero que a mí, llamadme pejiguera, me resulta más pesado que halagador. Pero lo que le distingue no es eso (os sorprendería la de machos que intentan montarme) sino su extrema inteligencia más allá de la media... humana.
Le gustan las mujeres (los hombres no), las buenas pelis, la buena música, el ejercicio al aire libre y el buen comer, distingue la derecha de la izquierda (mejor que yo, todo hay que decirlo), entiende cientos de frases diferentes independientemente del tono y volumen que utilices, sabe contar, e incluso creo que lee (a veces le pillo con mis libros entre las patas, aunque los suelta en cuanto me ve mirándole por no alarmarme, supongo). Hasta ahí correcto, pero lo que más me sorprende es su capacidad de aprendizaje osmótico.
Os explicaría muchas de sus hazañas, pero como no quiero hacerme pesadita os contaré sólo el último ejemplo. El otro día se me ocurre jugar con él al escondite durante el paseo nocturno, a ver qué pasa: me ocultaba tras una esquina o un portal, le llamaba quedamente una vez, y le hacía luego muchas fiestas y alegrías cuando por fin me encontraba. Bien, pues de repente me despisto quitando una caca de Norma, que seguía a lo suyo, y me doy cuenta que le he perdido de vista; empiezo a llamarle y oigo como un gemidito en un tono muy bajo y nada más; sigo caminando y llamándole pero ya no oigo nada más y continúo sin verle; entonces, cuando me acerco a un portal, desde detrás de una de las jambas, me sale de repente y empieza a saltar y a hacerme fiestas... ¿¡porque le he encontrado!?
Así es mi pequeña familia perruna, han salido a mí: Norma en belleza, Molly en carácter, Norte en inteligencia, y Pachi en..., la verdad es que ya no me acuerdo de cuando yo era tan joven, pero seguro que también era así de trasto.
He editado este comentario porque me he dado cuenta que me he dejado atrás a otros miembros que también forman o formaron parte de la familia:


Silvia (nos dejó un enorme hueco imposible de llenar)
Missi (el gato de la familia, que murió de cirrosis, con cerca de 20 años, sin haber bebido una gota de alcohol en su vida, que nosotros supiéramos al menos)
Pusy y Chiquita (mi gato, que murió de viejito, y la preciosa gata siamesa de mi hermano)
Mis sobrinos por parte de hermano, el hermosísimo Tango y la delicada Sally
P.D.: Todos nuestos amigos caninos y felinos han sido adoptados, y no podrían haber sido mejores ni hacernos más felices si hubieran sido comprados o fueran de "marca". Son de las mejores razas, las que nos aman desinteresada y profundamente.
P.D.2: La de las fotos no soy yo, ni tampoco Electra, es una modelo que se prestó a posar.
¿Quién dijo eso de Tres son multitud? jajaj...Igual es cierto eso que dicen de que en ocasiones los perros son calcamonías de los dueños, o a la inversa, que también puede pasar. Paulov tenía mucha razón...
ResponderEliminarMonísimos todos.
Un saludo.
Lo de Norte no te lo voy a negar, por eso agradas a mi lado Pachi!
Enumero a los míos.
ResponderEliminar- Elvis, el mayor de todos, shitzu
- Junior, su hijo, mestizo.
- Boira, invitada por un mes, bull terrier a la que hemos enseñadoa convivir con perros y gatos.
- Luna, gata de raza. No sé cual. La recogimos de la calle. Preñada. que no nos pase nada.
Gatos invitados, a los que cuidamos de cachorros, y vienen a casa a comer, cenar, y a dormir si hace mucho frío:
Misy.
Willy.
Micky.
Siamesa. una preciosa gata que recogimos preñada y la logramos colocar con unos meses después, con sus 4 hijos.
Dos periquitos: Verde y Azul. los nombres son obvios, claro.
Muy chulas las fotos!!!
Yo creo que sí, Border, los humanos acabamos pareciéndonos a nuestras mascotas. Y eso es bueno, porque cuanto más nos parezcamos a ellas mejores personas seremos.
ResponderEliminar3 multitud?, jajaja, pues tenías que habernos visto entonces cuando vivíamos en la sierra Tango, Sally, Ángel (mi hermano), Norte, Norma, Silvia, Molly, Pusy, Missi, Chiquita y yo, eso sí que era familia numerosa, y nos lo pasábamos genial.
Norte y yo te damos las gracias.
Vaya, Mike, tú eres de los míos, ¿eh? Me encantaría verlos, ¿los tienes retratados en algún sitio?
ResponderEliminarGracias a tí.