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Frases que dan ganas de matar a "alguien"

Hay frases que despiertan mis instintos más primitivos y me ponen de una mala leche que, los días que me pillan torcida, daría de ostias a quien las emite. Aquí algunos ejemplos, aunque seguro que se os ocurren muchas más.

- LLevas al perro con el bozal puesto, la correa cogida tan corta que tocas su cuello y lo mantienes por el lado de dentro de la acera, pegado a la pared por un lado y por el otro a tu pierna, y siempre hay alguien que pregunta: "¿Muerde?" ¡Qué va!, es que me gusta pasear de esta manera tan incómoda porque tengo hecha una promesa.

- Bajando unas escaleras te escurres, pierdes pie y, como no consigues mantener el equilibrio, te pegas una ostia de cuidado e, indefectiblemente, alguien te pregunta: "¿Te has hecho daño?" ¡Noooo!, las bajo así un día a la semana, pá divertirme un rato.

- Entras en la agencia a las 09:30 horas, volviendo a echar el cierre tras de tí porque falta media hora para abrir y quieres aprovechar para entrar al baño y, un día de cada nosécuántos, alguien aporrea la puerta en la que hay un cartel que indica que el horario es de 10 a 14 y de 17 a 20, que a lo mejor no se ve bien porque el cierre está todavía medio echado y, cuando sales con cara de pocos amigos pregunta: "¿Está abierto?" Nzsdsfsfdaifgainsss

- A las 20 horas estás, con el abrigo y el bolso puestos, dentro de la agencia, en cuya puerta hay un cartelito que informa que el horario es de 10 a 14 y de 17 a 20, que a lo mejor no se ve bien porque el cierre está ya medio echado y, día sí día no, alguien pregunta (atención: con cara de pena): "¿Habéis cerrado?" Es evidente que no, me pongo el bolso y el abrigo para estar más cómoda, y echo el cierre porque me gusta ver a través de los dibujos de la persiana metálica.

- Estás en el mostrador de información soportando una cola del copón en la que llevas ya hora y media de pie y, siempre, pero siempre, hay alguien que acaba de llegar y, poniéndose delante, te pregunta: “¿Te importa?, sólo voy a hacer una pregunta" Pues claaaaro que no, paaaasssse, si yo no voy a hacer también una pregunta, en realidad he venido porque me aburro mucho en casa.

- Son las dos de la mañana, el teléfono suena tantas veces como permite la compañía telefónica antes de interrumpir la llamada; acto seguido vuelve a sonar y, después de varios timbrazos más, levantas el auricular y con voz de sueño y alarma dices: ¿Diga?, y, ésta es matemática, alguien pregunta: “¿Te he despertado?” Sin palabras, porque como te salga una, una sola palabra, el llamante fijo que se ofende.

- Te llaman a casa y saben que nunca desvías el fijo al móvil porque sale por un pasta, y el que llama pregunta: “¿Dónde estás?” Pues estoy en el bar pero me he traído el teléfono fijo con la pared donde lo tengo enchufado y todo por si llamaba alguien importante.

- Suena el teléfono y contestas. Al otro lado de la línea, una voz pregunta: "¿Quién eres?" Pues para empezar alguien más educado que tú; pero, ¿cómo que "quién eres"?, ¡quién eres tú, que eres el que llama!

- Te llevas una cucharada a la boca y, mientras se te saltan las lágrimas, coges apuradamente el vaso de agua y te lo echas al coleto del tirón, no falla, alguien te pregunta: “¿Te has quemado?” No, soy así de cerda, como, bebo y eructo a la vez; come, come, que no quema…

- Estás en la playa, tan mona con tu bikini, y te metes en el agua; entonces, como diría mi prima la Mazagatos, se te ponen las plumas de gallina, los pezones empitonados, y empiezas a temblar convulsivamente, y, seguro como que el mundo es mundo, alguien pregunta: “¿Está fría?” Ah, ¿no te conté?, pues resulta que he conseguido controlar mis pezones para que se pongan erectos a la voz de ¡ya!, ¿a que mola?

No me digáis que no son universales y típicas, lo que no entiendo es ¿¡por qué!?

7 comentarios:

  1. Echando uno de mis vistazos diarios a la página de BarbiJaputa he visto que Epitafios y demás también, o sea, como yo, tiene hoy un post cuyo título comienza con "Frases...". Juro que no soy copiona y he escrito el mío antes de ver éste; y esto es así como yo lo digo, tan ridículo sería discutir sobre esto como hacerlo sobre que esta pared es blanca (señalo una pared blanca), es un dato de la realidad y está científicamente comprobado.

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  2. >>No, soy así de cerda, como, bebo y eructo a la vez; come, come, que no quema…

    Vete a saber, igual forma parte de la transformación en hombre...

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  3. ¡Mira tú!, pues ahí has estado graciosa y todo, y acertada, muy acertada, ¡sí señor!, igual va a ser eso. (Esto es en venganza por haber coincidido en parte del título, ¿verdad?)

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  4. Acá te mandamos una más:
    Has sufrido un accidente y tienes uno de los brazos enyesado, cualquiera que te vea te pregunta... ¿te has quebrado?
    NOooooooooo!!! si me vestí de momia para el baile de disfraces!

    No tenemos idea del por qué.
    Pero desde que el mundo es mundo, este tipo de preguntas nos acompañan imperdonablemente...

    Mil besos

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  5. Jajaja, muy buena Gladys!, y además es verdad. Pero me gustaría saber el por qué de la existencia de este tipo de preguntas tontas...

    Gracias Border, guapa.

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  6. Supongo que se debe a que, generalmente, en situaciones en las que no sabemos cómo reaccionar o qué decir (justo en el momento en que deberíamos quedarnos callados) nos sentimos obligados a decir algo que rompa con la sensación incómoda.
    Es justo en ese momento cuando demostramos que somos unos idiotas empedernidos y que, después de todo, de inteligentes no tenemos nada jajja

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