
Ésta está ambientada en Salamanca, por cierto una antigua y preciosa ciudad universitaria, plena de cultura e historia, que es de las pocas ciudades españolas que aún no ha sido tomada al asalto por la inmigración. Y no digo esto porque me moleste la inmigración sino porque si hubiera estado ambientada en Madrid o cualquier otra ciudad con más de un 10% de inmigrantes censados (y un porrón más no censados) no me habría extrañado tanto que todos los extras que aparecen fueran hispanoamericanos, indios de norteamérica o árabes, bajitos, morenos, oscuros de piel y con rasgos diferentes a los del español típico; no hay más que meterse en el metro o en el cercanías de Madrid para saber de lo que hablo, pero, hombre, todavía algún español se ve. Las persecuciones por los callejones de mi pobre Salamanca estaban ambientados de forma que parecía que se hubieran rodado esas escenas en algún barrio de El Cairo o Marrakech, pero desde luego no de Salamanca. Y digo yo, ¿tanto les costará investigar un poco antes de realizar una película que seguramente ha costado millones de dólares?, ¿tanto les costará contratar extras españoles que se los traen de entre sus hispanos y árabes de allí, o quizá es que sólo contratan a los habitantes de España que más encajan con su idea de lo que es España, o sea los inmigrantes?
Como decía, en la Plaza mayor de Salamanca se celebra una cumbre mundial contra el terrorismo y, cómo no, el presidente de los EEUU es la estrella principal. No sólo eso, sino que nuestras calles están invadidas por policías y agentes estadounidenses que campan a sus anchas armados hasta los dientes entre nuestros pobres guardias civiles y policías locales que son sólo un mero apoyo de relleno a los que por cierto manejan y empujan a su antojo. En el momento de la presentación del supuesto presidente de los EEUU a éste le disparan y minutos después una bomba estalla creando el pánico y la confusión. Todo esto se ve desde el espacio temporal de los 23 minutos anteriores al disparo y desde los diferentes puntos de vista de los protagonistas e implicados que van aclarando el por qué y los quiénes de esta historia. Con personajes encarnados por la talla de actores como Denis Quaid, Sigourney Weaver, Forest Whitaker, William Hurt o Eduardo Noriega (cuyo personaje tiene un papel flojísimo, aparece poco, y es tratado de forma indignante por los todopoderosos agentes norteamericanos teniendo en cuenta que hace de poli español en España) y con ese argumento bien podría haber sido una película, cuanto menos, interesante.
Pero el infinito ego de estos yanquis acaba con cualquier buen proyecto. Sin más que decir, como muestra, que en dicha cumbre estaba el alcalde de Salamanca pero no el presidente de España, y que para protegerle estaba un sólo policía de paisano con más pinta de matón que de otra cosa, que llegaba tarde y se encontraba entre el público, y para proteger al TODOPODEROSO-PRESI-DE-LOS-EEUU todo un ejército en la tarima presidencial...
Ainsss, y que sean el país más poderoso del mundo, ¡¿cómo se entiende?!
Ainsss, y que sean el país más poderoso del mundo, ¡¿cómo se entiende?!
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