A veces me da la sensación de que tengo algo en la cara que a los demás les da la impresión de que soy una persona que sabe escuchar tonta de los cojones. Sin comerlo ni beberlo, y en la situaciones más peregrinas, gente que no conozco de nada, o apenas, me cuenta su vida y milagros y sus penas y alegrías sin el más mínimo pudor y sin ninguna compasión hacia mí.
Como digo, situaciones peregrinas. Ya en el cole mis amigas se descojonaban de mí cuando alguna de mis compañeras, a las que no me unía una relación de amistad, me pillaba por banda en el recreo o entre clase y clase para confiarme sus aventuras y desventuras con los chicos, con sus amigas, con sus padres o con los profesores.
Creo que he sido la única rubia mona y con un cuerpo más que estupendo, vestida para matar, a la que, en una discoteca, se le ha acercado un desconocido y tras mediar apenas un saludo se ha puesto a contarle sus penas amorosas.
Muchas veces, mis amigos/as me han dicho que eso me pasa porque soy blandita. Nada más lejos de la verdad; esos mismos amigos me reprochan en ocasiones que sea tan borde, ¿en qué quedamos? Por otra parte practico con ahínco la asertividad, e intento cada día aprender a decir no cuado quiero decir no.
El caso es que aún hoy me pasa, que me encuentro de repente soportando como mejor puedo charlas interminables, sobre cosas que ni me interesan ni me importan un bledo, de gente de todos los colores y edades. Y eso, a más de darme una idea de lo sola y necesitada de que la escuchen que está mucha gente, me reafirma en que algo en mi cara debe darles una idea de que soy unapersona que sabe escuchar tonta de los cojones.
Como digo, situaciones peregrinas. Ya en el cole mis amigas se descojonaban de mí cuando alguna de mis compañeras, a las que no me unía una relación de amistad, me pillaba por banda en el recreo o entre clase y clase para confiarme sus aventuras y desventuras con los chicos, con sus amigas, con sus padres o con los profesores.
Creo que he sido la única rubia mona y con un cuerpo más que estupendo, vestida para matar, a la que, en una discoteca, se le ha acercado un desconocido y tras mediar apenas un saludo se ha puesto a contarle sus penas amorosas.
Muchas veces, mis amigos/as me han dicho que eso me pasa porque soy blandita. Nada más lejos de la verdad; esos mismos amigos me reprochan en ocasiones que sea tan borde, ¿en qué quedamos? Por otra parte practico con ahínco la asertividad, e intento cada día aprender a decir no cuado quiero decir no.
El caso es que aún hoy me pasa, que me encuentro de repente soportando como mejor puedo charlas interminables, sobre cosas que ni me interesan ni me importan un bledo, de gente de todos los colores y edades. Y eso, a más de darme una idea de lo sola y necesitada de que la escuchen que está mucha gente, me reafirma en que algo en mi cara debe darles una idea de que soy una
Opinar sobre introspecciones, sin conocerte en persona es complicado, prefiero no estropearte más, pero te diría lo mismo que con los espejos. Que te se pase pronto, que son cuentos que nos montamos nosotros solos, con nuestra vena paranoica.
ResponderEliminarPor cierto, ¿te importaría aguantar mis desdichas amorisas?.
Bss
Lo de rubia vestida para matar no me cuadra con esa morenaza de ojos verdes que asoma por ahí.
ResponderEliminarFirmado: Un legionario, novio de la muerte...
La rubia es Marbenes, Pele, que no t'enteras...
ResponderEliminarOído cocina (y no me atrevo a decir más no sea que me acusen de contarle todos mis males...)
ResponderEliminar:)
Por cierto dado que las entradas en este blog no están por fecha de publicación ¿por donde empiezo a ver si me entero quién es Electra, quién Marbenes y me ubico un poco?
ResponderEliminarHe visto, además, varios blogs orientados a crítica literaria, de Marbenes.
(Estoy hecho un pequeño lío)
Vete haciendo a la idea de que estoy hasta los cojones de estas cosas
ResponderEliminarNo te preocupes, Aspec, estoy acostumbrada, puedes contarme lo que quieras.
ResponderEliminarTe indico, Marbenes: la chica sensible de los relatos, los cuentos y la literatura en general; Electra: la mala bestia que no se calla ni debajo del agua.
Anónimo, no sé qué mosca te ha picado pero algo me dice que te has equivocado de lleno; en esta bitácora impera la libertad y sobran las pataletas; y si estás hasta los cojones de "estas cosas" lo tienes fácil, no las leas.
ResponderEliminarMe gustan tus comentarios. Nada mas
ResponderEliminar"Vete haciendo a la idea de que estoy hasta los cojones de estas cosas"y justo después, si es que es el mismo, que es lo que tienen los anónimos, que con ellos nunca se sabe quién es quién,
ResponderEliminar"Me gustan tus comentarios. Nada mas"Estooo, Anónimo, si ambos comentarios son tuyos, ¿tú has pensado en darte una vueltecita por un psiquiátrico?
Me voy a dar esa vuelta por el psiquiatrico.
ResponderEliminarMarbenes/Electra, igual deberías también pasar tú por el sikiátrico para hacerte mirar esa esqizofrenia... :P
ResponderEliminaryo el problema este de que la peña la chapa con sus penas nunca lo he tenido. Como buen hombre, en cuanto empiezan con el rollo me pongo a pensar en mis cosas y no mentero ni del nodo.
En todo caso, Oracu, trastorno de doble personalidad, mucho menos frecuente por cierto de lo que nos venden las pelis americanas.
ResponderEliminarJajaja, buenísimo y muy cierto, aunque extraño que alguno lo reconozca.